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•Me encanta enseñar a la gente•

POR EDITORIAL

Cuando Minerva V¡zquez ten-a 18 años y estudiaba la universidad en su natal Puerto Rico, una noche tuvo un sueño que le hizo dar un nuevo giro a su vida: soñ&#8220 que se convert-a en profesora de Educaci&#8220n Especial.
•Al d-a siguiente despert© y pens© que yo podr-a ser una buena persona para cuidar de un niño con necesidades educativas especiales•, recuerda. Con esto en mente, la joven se enfoc&#8220 en hacer realidad su sueño, por lo que termin&#8220 su licenciatura y maestr-a en educaci&#8220n especial por la Universidad Interamericana de Puerto Rico. En 1995, la joven se mud&#8220 a Nueva York, y hace 7 años, fue contratada como profesora de educaci&#8220n especial para niños de 3 a 5 años, en el Positive Beginnings Preschool de Flushing.
Madre soltera de dos hijos -N©stor, 18 años, y Karla, de 16-, V¡zquez espera concluir su doctorado, el cual comenz&#8220 en la Isla del Encanto, cuando sus hijos se gradúen de la Universidad.
Según confiesa, su momento m¡s especial es cuando un estudiante finalmente entiende un tema o problema con el que anteriormente ten-a dificultad, y cuando los padres aprenden c&#8220mo ayudar a sus chicos. •Me encanta enseñar a la gente•, dice la educadora.
Hace tres años, mientras trabajaba como maestra, la profesional boricua fue ascendida al puesto de Asistente del Director en la escuela Positive Beginnings Preschool, que tiene una escuela adicional en Middle Village.
Como bilingüe, V¡zquez tambi©n se da tiempo para visitar a familias hispanas con necesidades especiales. •Me gustar-a que la gente vea que no entender un idioma no significa que el niño tenga necesidades educativas dife-rentes•, dice.
Sobre los desaf-os de su profesi&#8220n, V¡zquez señala: •algunas veces la gente piensa que los niños con necesidades educativas especiales no est¡n listos para compartir o relacionarse en comunidad•, al tiempo que recuerda situaciones en los que llev&#8220 a sus estudiantes a restaurantes, s&#8220lo para ver que el resto de los comensales observaban a los chicos. Para combatir esto, la profesional se asegura que los niños est©n listos para interrelacionarse con la comunidad, y que finalmente sean aceptados.