Lucas Ariel Santoro se perfila como una de esas figuras hispanas que
incursiona en el fútbol y se plantea desde el principio las m¡s altas metas
POR JOHN E. ROJAS
Hincha de Roberto Abbondanzieri, el arquero de la Selecci“n Argentina; y con dos padres tan activos para acompañarlo en su pasi“n que los mismos entrenadores se los reconocen, Lucas Ariel Santoro, se perfila como una de esas figuras hispanas que incursiona en el deporte rey y se plantea desde el principio las m¡s altas metas.
Santoro, un argentino de nacimiento y que tiene 12 años de edad, forma parte de uno de esos equipos viajeros de fútbol-soccer (travel team, en ingl©s) que va mostrando las habilidades de sus jugadores y enfrent¡ndolos a pares de diferentes lugares del Estado.
Lucas ha pasado por las mieles del triunfo, al conseguir no s“lo trofeos por el desempeño de su equipo, sino por su actuaci“n personal. Como el premio al Mejor Portero en un torneo para jugadores de hasta 14 años y en el que participaron al menos 100 equipos (East meadow World Cup). En esta competencia su equipo termin“ tercero y ©l recibi“ apenas cinco goles.
Pero tambi©n toc“ ya a su puerta la rudeza de la competencia cuando, al comenzar la temporada pasada, justo en el primer encuentro del año, Lucas buscando detener una oportunidad de gol del rival, se golpe“ la cabeza contra uno de los postes, y aunque pudo continuar el encuentro, al final tuvo que visitar al m©dico y parar su actividad por un tiempo debido a una contusi“n cerebral. Esto le impidi“ formar parte del equipo de su escuela. Lo que se le ha convertido en la meta clara para este 2007.
Bob and Carol Reilly son los entrenadores de los Mustangs el equipo miembro de la Long Island Soccer League, la liga de fútbol m¡s grande del pa-s. Y ellos no s“lo reconocen las habilidades de Lucas sino que est¡n dispuestos a apoyarlo en lo que m¡s puedan para conseguir su sueño.
Adem¡s de todo lo bueno que Lucas demuestra en el campo, la manera como se uni“ a nuestro equipo demuestra qui©n es y lo importante de la orientaci“n que recibe en casa. Apuntaron los entrenadores al explicar la an©cdota.
No hab-a cupo en el equipo cuando nos acercaron a Lucas. Se lo explicamos y ©l decidi“ que iba a entrenar igual. Fue uno de los que m¡s duro trabaj“. Siendo puntual, atento y esforzado en cada pr¡ctica. Soport“, sin alterar su conducta el hecho de que estaba entregando todo para un equipo en el que no pod-a jugar. No malestares, no discusiones, no reclamos. Lo asumi“ como un reto y al final de un buen tiempo por cosas del destino se abri“ un cupo en la plantilla y por supuesto no pod-a ser para nadie m¡s que para Lucas.
Santoro pretende seguir jugando al fútbol hasta conseguir ser profesional en un pa-s en donde a pesar de llevar ya 10 años con liga de primera, las cosas no se hacen f¡ciles. De hecho, en este travel team hay s“lo ocho jugadores hispanos. Lucas ya ha pensado en el futuro y por eso tiene como opci“n un centro universitario ubicado en Fargmindale, en donde se enter“ que hay becas para jugadores de fútbol-soccer.
Son algo m¡s de cuatro años en los Estados Unidos, dos temporadas con el Oyster Bay Soccer Club con el que ha jugado en diferentes lugares del estado de New York. Cursa s©ptimo grado y muchas ilusiones puestas en un deporte que lleva en la sangre, pero que practica con la cabeza, el coraz“n y el mejor de los soportes, su familia