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Ecuador recuerda la Batalla del Pichincha

POR EDITORIAL

Una de las fechas m¡s importantes del calendario hist&#8220rico del Ecuador con seguridad la del 24 de mayo de 1822, d-a de la Batalla del Pichincha, que al mando del Mariscal Antonio Jos© de Sucre, marcar-a la libertad definitiva del pa-s de la Mitad del Mundo.
El ej©rcito del Mariscal Sucre se compon-a de 3.000 soldados, curtidos al fragor de las batallas anteriores; vete-ranos que en la magna epopeya de la Independencia, se hab-an cubierto de gloria, ya que en las llanuras del Apure, en los campos del Carabobo y Boyac¡, en las jornadas hist&#8220ricas del Maipú y Chacabuco; ven-an de todas partes, del norte, del sur como una cita gloriosa, en defensa de la m¡s grande e inmortal de las causas.
Y es que la victoria de mayo no s&#8220lo emancip&#8220 del coloniaje a la entonces Presidencia de Quito, hoy República del Ecuador, sino que tambi©n solicit&#8220 la marcha de los ej©rcitos de liberaci&#8220n que el Libertador Sim&#8220n Bol-var manten-a en Colombia, hacia el Perú, todav-a sometido a la monarqu-a, para luego obtener las victorias finales en Jun-n y Ayacucho, con las que se sell&#8220 definitivamente la independencia de la Am©rica española.
Esta es una fecha de glorificaci&#8220n a la epopeya m¡xima de la Independencia e-cuatoriana, de recordaci&#8220n c-vica de los h©roes que ofrendaron su vida en la bata-lla, y es tambi©n oportunidad de reflexi&#8220n, porque acaso el bien que se logr&#8220 en Pichincha ser¡ un hecho generador de grandes emociones, y ser¡ el homenaje de la patria a quienes lo dieron todo, con ejemplar desprendimiento, para verla libre y soberana.
En el Ecuador la Batalla del Pichincha se convierte en la columna sobre la cual se sustenta el “Honor Nacional”, por aquello todos sus acontecimientos deben permanecer grabados en la conciencia nacional para que sirva de ejemplo y est-mulo a todas las generaciones presentes y futuras.
Hoy, como ayer, los ecuatorianos recuerdan esta fecha patria con emoci&#8220n y respeto, y luchan por construir un pa-s digno, a pesar de todo.